Y así, entre contracciones, pelota, las noticias y las vistas desde mi ventana, iba pasando la mañana. Recuerdo que a veces me daba por llorar, no podia evitar sentir ese miedo al dolor, un dolor que ya conocía y que me aterraba al mismo tiempo que me apasionaba.
Que contradictoria me sentía, por un lado queria que pasara ya, por otro quería parar el tiempo, disfrutar de mis últimos momentos embarazada. Abrazarme a esa barriga que no volveria a tener más.
Ante el poco ritno que llevaban las contraciones la matrona me dijo si queria una ayudita, y me dejé hacer la maniobra de hamilton. Aunque he de decir que en el momento me metió la mano me dio una contracción que vi las estrellas, por lo que solo me despegó la bolsa por un lado, por el otro "no le deje".
Mi amiga entró y me dijo que me iba a llevar otra matrona, otra que ella conocía y que le encantaba, que promovia el parto natural. Entró y se presento, Lirios, al igual que la otra era joven y muy mona. Me estuvo explicando procesos del parto de como avanzaba, ya estaba de unos 5 cm y la cosa seguia con calma.
Sobre las 10 me aconsejó que entrase en la ducha y dejase correr el agua caliente en mis riñones. La verdad que ya picaban bastante y eso me ayudaria a llevar mejor las contracciones y a dilatar. Asi estuve como media hora...hasta que me empecé a sentir incómoda por una sensación como de ir al baño.
La matrona me hizo un tacto estando en la ducha y me dijo que estaba de 6 cm largos casi 7 y que me iba a escuchar en la siguiente contracción, a ver si por los sonidos que hacia interpretaba que tenia ganas de empujar.( Me pareció que tenia un nivel de conocimiento brutal).
Las contracciones ya eran insoportables, y mis quejidos se hacían cada vez más grandes. Asi que decidieron bajarme a paritorio.
No sé como me subieron a la camilla, pero una vez arriba solo podia ir de lado y cogida a los hierros de la cama. Recuerdo como pasaba por el pasillo, como me entraron al ascensor y como justo antes de entrar me sacaron la pulsera que siempre llevaba de la virgen del Pilar, y se la puso mi marido.
El anestesista preguntó y alguien le dijo, no, no quiere epidural.
Y llegué a ese quirófano de partos, con la camilla totalmente recostada y una especie de cuna con luces a un lado.
Yo me puse de pie y lo iba llevando..las contracciones no eran demasiado seguidas pero cuando venian veia las estrellas y más allá. De hecho cuando me daban decia "no puedo, no puedo" y mi amiga me decia " claro que puedes, pudiste con Lia".
Pero mi cabeza estaba en otro lado. El miedo me habia absorbido y el dolor me abrazaba coml nunca. Estaba asustada y paralizada. La matrona me hizo otro tacto, eran sobre las 12 y estaba de 6 cm largos casi 7. Habia pasado una hora y media y seguia dilatada de los mismos cm. Ahí me vine abajo.
Lirios tuvo que subir a planta a hablar con una paciente..y entonces me dio una contracción que me dejó bloqueada. Se me paralizó el cuerpo de cintura para abajo, el dolor era inexplicable y lo sentia distinto a mi anterior parto o al menos así no lo recordaba. Y entonces me derrumbé y supliqué por la epidural. Sabia que era el limite para ponermela y que no queria sufrir más, aunque al mismo tiempo sabia que me iba a arrepentir. Que sentimientos tan contradictorios.
Mi amiga cambió la cara "seguro?"..y pensé que ya sabia lo que era parir sin epidural y que si llevana hora y media sin dilatar nada..no podía estar asi mucho tiempo más...
La matrona se sorprendió cuando volvió. Después de hablar sobre el parto natural , sobre lo bueno que era, de decirle que no queria nada..tanto a ella como al gine..como a todo el mundo...ahí estaba el anestesista, que aunque le habian dicho que no..tuvo que entrar.
La matrona me abrazaba para sujetarme y en ese momento me sentí culpable..hubiese dicho que no de nuevo..pero ya tenia el cateter puesto y la idea de no sufrir me calmaba. Y terminó el dolor. Me pusieron oxitocina, estaba de 8, pero me dijo que con los dedos me podia pasar a 10, asi que avisaron a mi gine.
Y mientras hablaban de sus cosas, me subian las piernas al potro y demás, me sentia tranquila pero no en paz...sabia que no era el parto que quería, que me estaba fallando a mi misma, que no iba a sentir todo lo que sentí con mi hija.
El gine entró, me dio tranquilidad, me exploró, habló con la matrona y dijo..este niño va a salir en 3 minutos.
Creo que ni llegó a eso. Sin ton ni son, sin darme oportunidad cogió la ventosa (el kiwi). Sólo puje una sola vez sin ventosa, y ya dedujo que no sabía empujar..así, con ventosa, en no más de 4 pujos nació mi hijo.
"Cogelo, cogelo" me decian, y estiré los brazos como pude, ya que la epidural me tenia completamente drogada e ida. Y me puse a mi hijo en el pecho. Como lloraba, sus hermanos gruñieron pero no lloraban así. Era un llanto vivo, escandaloso. Nada más verlo supe que tenia menos pelo que sus hermanos al nacer.
Se lo llevaron a la especie de cuna para hacerle varias pruebas, pesarlo e inyectarle la vitamina k. Lo miraba y lo miraba y solo podia pensar " que bonito", tan pequeño, tan perfecto.
Y así transcurrió mi último parto, el que queria que fuese natural. Con Hamilton, rotura de bolsa por la matrona (ya en la camilla, tras la epidural), oxitocina sintética, epidural y por si fuera poco también instrumental.
Me costó dias asumirlo. Lloraba sin motivo al ver a mi hijo. Ya en la habitación descubrí un enorme bulto en la cabeza provocado por el kiwi y me entristecia más. En los videos que grabó mi amiga y mi marido me veo completamente drogada por la epidural, no me reconozco ni me gusta verme, pero al final he aprendido a aceptar que soy debil e insegura como cualquier ser humano y que me equivoqué tomando las decisiones que tomé, pero que tengo que ser feliz con lo que tengo y superarlo.
Mi bebe precioso esta sano, el bulto desapareció al dia siguiente y siento que por fin mi familia esta completa, no puedo pedir nada más.
Al final, como una vez me dijo mi tia, la clave para ser feliz es tan sencilla como darle a una tecla del ordenador; aceptar, aceptar, aceptar.